Aunque la aprobación de la norma fiduciaria del Departamento de Trabajo de los Estados Unidos ha puesto de manifiesto que su redacción final no es tan dura como la industria de los fondos de pensiones del país se temía, la luz de alarma se ha encendido en la del wealth management. ¿Es un paso más hacia la obligatoriedad de la norma para todos sus profesionales?
Sergio Álvarez-Mena, director en Credit Suisse Securities ( USA) y lead counsel para International Private Banking , explica que históricamente, la SEC ha gobernado la industria del advisory que –a excepción de los Trusts- era la única sujeta a una obligación fiduciaria. Con esta norma, la obligación fiduciaria se extiende a las cuentas que generan comisiones supervisadas por el Departamento de Trabajo (DOL). Técnicamente, sólo afecta los IRAs (planes de pensiones individuales), por estar supervisados por este organismo.
“Aunque los no residentes no cuentan con este tipo de cuentas, la preocupación es si la obligación fiduciaria se puede extender a las cuentas de advisory que generen comisiones. ¿Dónde está el límite?”. Alvarez-Mena hace en alto la pregunta que está en la mente de todos los advisors.
Su contestación es: “La respuesta correcta podría ser `no hay límite´. Pronto todas los profesionales del mundo de las finanzas estarán sujetos a obligaciones fiduciarias”. David Schwartz, CEO de la Asociación de banqueros internacionales de Florida (FIBA, por sus siglas en ingles)coincide, al declarar: “La nueva norma eleva el listón para cualquiera que preste servicios de investment advise a clientes particulares, independientemente del tipo de licencia con la que cuente”.
Profundizando en las consecuencias para los clientes, Schwartz dice: “Al contrario que en el suitability standard aplicado sobre la base de cada transacción, ahora los advisors estarán sujetos al fiduciary standard. Esto podría llevar a los advisors a evitar a los inversores más pequeños, cuyas cuentas generan menos ingresos”.
Alvarez- Mena añade otro matiz: “En el negocio local, las consecuencias están encima de la mesa. Las cuentas que generan comisiones son normalmente más baratas para los clientes, pero si las obligaciones son las mismas, muchos cambiarán a cuentas de advisory, que son más caras ya que se basan en fees. En el fondo, no será bueno para los clientes”.
“En el mundo offshore –señala– bajo los estándares fiduciarios, ¿estará obligado un bróker a vigilar que la estructura fiscal de sus clientes cumple con la normativa y alertar cuando detecte problemas? Si un cliente se niega a solucionarlo, ¿estará el broker obligado a dejar de dar servicio a este cliente, puesto que al seguir operando se agravaría su situación fiscal e iría en contra de la norma fiduciaria?”.