La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) está decidida a apoyar el desarrollo de la industria de inversión colectiva en España pero también a garantizar la protección de los inversores, especialmente los minoristas. Por ello, y tras vigilar a lo largo del año pasado el trasvase -tanto de los capitales como de la oferta de productos de las entidades- desde los fondos garantizados a aquellos con rentabilidad objetivo y sin garantía, está decidida a adoptar nuevas medidas que profundicen en esa transparencia y en una mejor comercialización.
“La tendencia en la oferta de fondos con rentabilidad objetivo se ha mantenido a lo largo de este año y la CNMV está considerando aplicar nuevas medidas que aporten una transparencia adicional para estos fondos, sobre todo para aquellos con rentabilidad objetivo de renta variable”, explicó Elvira Rodríguez, presidenta de la CNMV, en la clausura del VI Encuentro Nacional de Inversión Colectiva, celebrado esta mañana en Madrid y organizado por la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD), Inverco y Deloitte.
En concreto, el supervisor se plantea añadir, a los tres escenarios de rentabilidad del fondo que ya se incluyen en los folletos, las probabilidades de ocurrencia de cada uno de ellos y además, las probabilidades de que, en cada uno de ellos, la rentabilidad sea igual o menor a cero. En resumen, las probabilidades de que el inversor pueda perder dinero.
Además, y aunque en su nuevo sistema de clasificación del riesgo de los productos financieros excluye a los fondos de inversión debido a que éstos ya cuentan con un indicador sintético de riesgo de forma armonizada con Europa, incluirá a los fondos con objetivo de rentabilidad de renta variable en esta clasificación, porque “pueden ser no adecuados para los inversores minoristas por su complejidad”. Medidas, según el supervisor, con el objetivo de “contribuir al diseño de productos más comprensibles para el inversor minorista”.
El supervisor ya había explicado que, de acuerdo con MiFID II, los fondos estructurados se clasificarían como productos complejos y dentro de este grupo entraban a formar parte los fondos con objetivo concreto de rentabilidad de renta variable, tanto garantizados como no garantizados, que hasta ahora se comercializaban como productos no complejos. Según Rodríguez, esta inclusión en el saco de los productos complejos tendrá importantes consecuencias en su comercialización, de forma que las entidades estarán obligadas a realizar el test de conveniencia a inversores minoristas. “Creemos que es una modificación oportuna debido a la creciente sofisticación de los productos estructurados de renta variable”, asegura.
Cambio de ciclo con gestoras responsables
En el evento, Rodríguez habló de una tendencia “esperanzadora” y de un “cambio de ciclo” en la industria de fondos, a tenor de los últimos datos de crecimiento (desde 2007 solo ha habido siete trimestres en positivo para la industria y seis de ellos han ocurrido en 2013 y 2014, alcanzando este año los 285.000 millones de euros y los 7,5 millones de partícipes, incluyendo a las IIC extranjeras).
Además, instó a captar más inversores institucionales, lo que sería «un síntoma de un mercado más maduro».
Y apeló a las gestoras a realizar una labor con transparencia, una gestión libre de conflictos de interés, un diseño de productos que satisfaga las necesidades de los inversores y, además, una comercialización adecuada. “Hemos de anteponer las necesidades de los inversores a cualquier otro objetivo”, apostilló Rodríguez.