El Parlamento Europeo dio ayer luz verde a una batería normativa con la que se pretende avanzar en la construcción de la unión bancaria, apurando el último pleno de esta legislatura, según informa la agencia de noticias Efe.
En primer lugar, los eurodiputados han aprobado el mecanismo único de resolución bancaria, que incluye un fondo común de 55.000 millones de euros para el cierre de las entidades en quiebra, con el objetivo de que el contribuyente no pague la factura de la crisis bancaria. El fondo común se nutrirá de las contribuciones de los propios bancos, que tendrán un plazo de hasta ocho años para hacer realidad la aportación.
Algunos países se mantendrán sin embargo fuera de esa unión bancaria, informa la agencia española. En ese caso deberán constituir sus propios fondos nacionales, que deberán cubrir el 1% de los depósitos en un plazo de 10 años.
Por otro lado, han aprobado la reforma de la directiva de garantía de depósitos que obligará a los bancos a financiar los fondos nacionales de garantía de depósitos de hasta 100.000 euros. Esta reforma se aceleró tras el rescate a Chipre, en el que hubo un intento de no dar cobertura a los pequeños depositantes por parte del Eurogrupo. Los ahorradores podrán pedir a las entidades la devolución de su depósito de hasta 100.000 euros en un plazo máximo de siete días laborables.
Para Christian Dubs, analista de renta fija de la entidad de banca privada de Julius Baer, en contraste con la propuesta inicial de la Comisión Europea del año pasado, la ley no permite a un fondo de garantía de depósitos tomar prestado de otros fondos nacionales similares cuando a uno de ellos se le acabe la liquidez, algo negativo en su opinión.
Rescate y resolución de bancos
Igualmente, la Eurocámara ha avalado la directiva de rescate y resolución, que incluye la creación de fondos nacionales de liquidación bancaria financiados a través de tasas bancarias. Esta última norma prevé que sean los accionistas y acreedores los primeros en dar un paso al frente para asumir las pérdidas si una entidad tiene problemas. Dubs corrobora que el acuerdo pondrá punto final al pago por parte de los contribuyentes de las quiebras bancarias. “La ley incluye normas que imponen pérdidas para accionistas y bonistas y limita las intervenciones de los gobiernos”.
Estas dos normas entrarán en vigor en 2015, según explican en Julius Baer. La directiva de requisitos de capital y el mecanismo de supervisión único, otros dos pilares de la unión bancaria, fueron aprobados ya en 2013. Será el próximo Parlamento Europeo, el que surja tras las elecciones del 25 de mayo, el que deberá hacer frente al último pilar básico de la unión bancaria, el fondo común de garantías y depósitos, previsto para 2016.
La unión bancaria es uno de los principales proyectos impulsados por Bruselas para reforzar su arquitectura financiera y prevenir futuras crisis, recordó el comisario europeo de Mercado Interior, Michel Barnier. Y ahora parece una realidad más cercana. “Con estas últimas aprobaciones del Parlamento Europeo, las incertidumbres sobre la futura unión bancaria desaparecen y su introducción a tiempo en noviembre de 2014 parece más cierta. Apesar de todo, la incapacidad de fondos de garantía de depósitos individuales para prestar a otros es un aspecto ligeramente negativo para los bancos de la Europa periférica”, apostilla Dubs.