Aunque a día de hoy, con independencia de los trágicos episodios acaecidos recientemente en el conflicto en Ucrania, Álex Fusté, economista jefe de Andbank, sigue pensando que Rusia depende de sí misma para mantener intacta su capacidad de pago, no cree que eso signifique que esa capacidad se mantendrá intacta. “Depende de las decisiones que pueda tomar en el ámbito político. Nuestras conclusiones iniciales pueden no ser válidas cuando entran en juego aspectos políticos que a su vez pueden interferir en la calidad crediticia de este emisor”, explica. El juego político que puede afectar a la capacidad de pago del país consiste en las amenazas a Rusia por todo Occidente, con sanciones que pueden ir más allá de lo que hasta ahora hemos visto (congelación de activos y denegación de visados a personas relacionadas con el conflicto de Ucrania), y la forma en que el país reacciones ante ellas.
En este sentido contempla dos escenarios, en función de esas reacciones al “juego político”: el primero es alcista, favorable para los mercados, si Putin se desentiende de los grupos separatistas del este de Ucrania; el segundo es bajista y puede dar al traste con la recuperación europea y generar nuevas crisis en los mercados de deuda. Así, si Putin se enrosca en su postura, y se desencadenan las temidas sanciones, que limitarían su acceso a los mercados europeos y tendrían un impacto negativo en su economía, Rusia podría presionar con la energía y lanzar el precio del petróleo por encima de los 200 dólares, poniendo en peligro la recuperación europea y generando problemas en los mercados de deuda, especialmente en el sur de Europa.
Optimismo inconsciente
Andbank desconoce qué hará Putin, aunque ante la identificación de las nefastas consecuencias de un escenario adverso se inclina a pensar que dicho escenario no se dará, precisamente, por su elevado coste. “Este optimismo “inconsistente” aboga por la opción de que seremos capaces de mantener un cierto statu quo que no derive en el desplome de ningún activo (ni rusos, ni europeos). Fíjense que digo activos rusos y europeos porque, sin duda alguna, el gran beneficiado en un escenario adverso sería EE.UU.”
Y además, Andbank recuerda los intereses mutuos entre Rusia y la UE, en forma de su necesaria cooperación para resolver asuntos internacionales de extrema importancia; o el hecho de que unas 6.000 empresas alemanas mantienen contratos con empresas rusas, y que unos 350.000 trabajadores alemanes dependerían directamente del comercio con Rusia.
Por tanto, las tensiones entre Rusia y Occidente suponen un gran factor de riesgo de consecuencias potenciales inestimables, dice Fusté. “Tanto es así, que hemos decidido plantear, como escenario base, que dichas tensiones no escalarán hasta el punto en que las peores sanciones (y sus efectos) se materialicen. Si esto resulta ser así, la capacidad de pago de Rusia quedaría intacta. A pesar de ello, recomendamos cautela ya que los activos rusos sufrirán una volatilidad extrema en los próximos días-semanas. Espero que nuestro optimismo “inconsistente” funcione. Si no es así, la proyección para todos los activos de riesgo (con independencia de su nacionalidad) tendrá un común denominador”.
El escenario de amenazas
El experto recuerda que EE.UU. ha tomado la iniciativa en cuanto al endurecimiento progresivo de las sanciones, llegando a prohibir a cinco empresas el acceso al mercado de financiación en los EE.UU. para operaciones a más de 90 días. La UE, presionada por EE.UU., está considerando añadir nuevas sanciones a las que ya aprobó el 16 de julio -sanciones que dejaban entrever la voluntad de la UE de evitar una escalada de tensiones-. “Es difícil entrever si tras el trágico episodio del avión comercial MH17 de Malaysian Airlines, la UE finalmente aumentará las sanciones hasta tal punto que la capacidad de pago de Rusia se vea seriamente dañada. Porque, sencillamente, desconocemos la decisión que tomará Putin”, dice Fusté.
El documento de conclusiones del Consejo Europeo, tras la reunión de emergencia para tratar el tema de Ucrania, recoge las posibles respuestas a Rusia por su papel en el conflicto y su hipotética responsabilidad en el trágico suceso del avión MH17. El documento se divide en tres partes, con exigencias a Rusia (en temas como que use su influencia sobre los grupos armados para garantizar el acceso de los investigadores al lugar del siniestro o que coopere en la investigación y ponga fin al armamento hacia los grupos armados del este de Ucrania); amenazas de sanciones (fin de la financiación del EBRD y el EIB para la financiación de nuevos proyectos de inversión en Rusia y en Crimea; criterios más amplios para definir personas y empresas afectadas; y nuevas sanciones que limiten el acceso a los mercados de capitales de la UE y restricciones comerciales –que serían peligrosas para ambas partes, según Fusté-); y una tercera parte de propuestas, para aplicar el plan de paz definido por el presidente de Ucrania sin retraso, acordar un alto al fuego por ambas partes y que la OSCE controle las fronteras con Rusia.
Si las amenazas no llegan a puerto…
De darse el primer escenario, el positivo, las cuatro exigencias detalladas en el documento del Consejo de Europa serían acatadas por parte de Rusia, con lo que las amenazas de nuevas sanciones no deberían activarse.“Rusia debe preocuparse por el largo plazo y su progreso, tal y como venía haciendo en la última década. Rusia puede escoger ser pobre (entrando en un conflicto con Occidente) o convertirse en un país normal, exitoso y diversificado. No hay nada malo en ser una economía productora de materias primas. Rusia puede ser a la UE lo que Canadá es para los EE.UU.”, dice Fusté, citando a H. McRae en su artículo en “The Independent”.
Otro elemento que cabe tener en cuenta, y que apunta en la dirección de que las sanciones –y por lo tanto las tensiones- no escalarán más, es que las sanciones de la UE deben ser aprobadas por unanimidad (elemento que hoy por hoy no existe). Como costumbre histórica, parece no haber consenso tampoco respecto a este tema, y ello puede contener el escenario de sanciones de tercera ronda, y evitar las graves consecuencias que se derivarían, señala el experto.
Pero si llegan a materializarse…
Pero si el actual desarrollo lleva a Putin a enrocarse más en su postura, lo que desencadenaría las temidas sanciones de tercera ronda, las cosas serían muy distintas. Algo a lo que podría animar el hecho de la gran determinación de los EE.UU. en la aplicación de sanciones y su insistencia para que la UE siga sus pasos. Otras razones que no invitan al optimismo son la fuerza con la que el Reino Unido se ha sumado a los que exigen más sanciones a Rusia; la imposibilidad de que Putin deje de apoyar a los grupos del este de Ucrania, ya que en caso de hacerlo, la región sería controlada en poco tiempo por el ejército regular y Ucrania iniciaría rápido proceso de adhesión a la UE que desembocaría en una más que probable adhesión a la OTAN.
Según Andbank, los efectos de las sanciones de tercera ronda podrían ser significativos. Si las sanciones afectan al sector financiero limitando el acceso de los bancos y empresas rusas al mercado de financiación europeo (y norteamericano), sin duda se generaría una atmósfera de duda sobre la capacidad de refinanciación de estas empresas, lo que seguramente provocaría algún tipo de disfunción en el tejido industrial ruso y en la propia marcha de la economía. Sin duda, estas acciones desencadenarían decisiones por parte de Rusia con el fin de intimidar a Occidente para que las sanciones se retiren. “Uno de los instrumentos (si no el único) que Rusia tiene para presionar a Occidente es la energía (es el primer país del mundo en reservas combinadas de gas y petróleo, y también el primer exportador de energía). Según Adam Slater, economista senior en Oxford Economics, en dicho escenario de sanciones y embargos sectoriales, Rusia podría lanzar el precio del petróleo por encima de los 200 dólares. Por otro lado, también seria concebible ver un aumento en el precio del gas del 50% o más.
«Todas estas combinaciones de sanciones y respuestas darían al traste con la incipiente e incierta recuperación en Europa. Lo que podría desembocar en una nueva crisis en los mercados de deuda (especialmente en el sur de Europa, mercados de renta variable, etc.)”, advierte Andbank.