A menos de una semana de que se celebre el referéndum de pertenencia de Reino Unido a la Unión Europea, la City londinense y las bolsas europeas ya se revuelven inquietas. Sin contar con los indecisos, las encuestas dan como resultado probable la victoria del no. Sin embargo, quienes están a favor de la permanencia aún cuentan con atizar la campaña del miedo en las últimas semanas tratando de convencer de que el ‘status quo’ es lo mejor.
Sea cual sea el escenario que deje la votación, Nicolás Véron, especialista en sistemas financieros en el Instituto Bruegel, y profesor visitante en el Instituto Peterson de Economía Internacional en Washington, DC, estima que Londres podría perder parte del negocio que le da el estatus de centro financiero internacional. Mirando más allá la pregunta es: ¿Quién gana el negocio que pierde la capital británica?
En su artículo en la revista The International Economy, Verón explica que los bancos no europeos, especialmente los de Estados Unidos, utilizan Londres como punta de lanza de cara al mercado único, y muchos bancos de la zona euro centralizan sus actividades de los mercados mayoristas de la UE allí. “El «pasaporte» como concepto de reconocimiento mutuo entre las autoridades supervisoras de la UE funciona sin problemas para las actividades de banca de inversión. La reglamentación europea proporciona un fuerte respaldo legal a la city. Pero si Reino Unido se retira del mercado interior perderá ese acceso y protección”, escribe el economista.
¿Quién puede tomar el relevo? “Dentro de la Unión Europea, algunos tienen la expectativa de que, dado que Alemania y Francia son los países más grandes, Frankfurt y París sería las plazas mejores situadas para ganar. Pero esta teoría ignora los incentivos que otorgan otras capitales a las instituciones financieras. Hay un gran número de ejemplos de esto en Europa”, cuenta Verón.
La clave estaría en impuesto sobre las transacciones financieras propuesto por la Comisión Europea y que solo unos pocos estados miembros de la UE están considerando. Los más escépticos como Dinamarca, Irlanda, Luxemburgo, los Países Bajos o Suecia tienen también las probabilidades más altas de atraer el negocio que perdería Londres frente al bloque de países partidarios de esta medida como son Francia, Alemania o Bélgica.
Y aún que el impuesto no llegara a aprobarse, nunca hay que olvidar que junto a la City, Nueva York es el centro de las financias globales. Verón está convencido de que Wall Street ganaría sin duda una posición más competitiva si Londres pierde su estatus.