Por primera vez en su historia, la rentabilidad de las Letras del Tesoro español, la deuda pública con vencimiento de entre tres meses y un año, ha llegado a ofrecer rentabilidades negativas en el mercado secundario. Ocurrió la semana pasada, cuando el rendimiento de las letras españolas a tres meses se situó en una tasa negativa de alrededor del 0,02%, lo que quiere decir que algunos inversores se mostraron dispuestos a pagar por estar en el activo, y después de meses en los que se subastaban en el mercado primario con tipos muy cercanos a cero (y sin superar el 1% desde el año 2012).
En la última subasta de letras a tres y nueves meses, celebrada ayer martes, mediante la que el Tesoro ha captado 3.500 millones de euros, el Estado ha pagado los menores intereses de su historia para financiarse, pero sin que éstos llegaran a ser negativos. Pero el hecho de haber evitado esos tipos negativos en el mercado primario (que suele reflejar lo que ocurre en el secundario) no ha sido puramente una decisión de los mercados, sino de las medidas tomadas por el Gobierno, que con el fin de evitar a los pequeños inversores que pierdan dinero al acudir a la subasta, ha decidido realizar una serie de cambios normativos.
El objetivo es “proteger al pequeño inversor frente a la posibilidad de que los valores a más corto plazo lleguen a tipos de interés por debajo de cero en subastas”, y para ello se ha establecido que las peticiones que se realicen en la modalidad de suscripción no competititva se declaren automáticamente como no presentadas en el caso de que el tipo medio de una subasta resultase negativo. Esto quiere decir que no perderán dinero al acudir al mercado primario y financiar la deuda pública española.
Pero, ¿quiénes hacen peticiones en esa modalidad? Las peticiones no competitivas son aquellas en las que el comprador declara la cantidad que quiere adquirir, pero no la rentabilidad que espera. Es el formato habitual en las solicitudes que realiza un pequeño inversor de cara a una subasta, mientras que el inversor institucional, como los fondos monetarios, suele hacer su petición condicionándola a un tipo de interés, es decir, en una modalidad diferente. Las peticiones no competitivas se adjudican de modo automático al tipo medio ponderado, que recoge el tipo interés del conjunto de solicitudes; es decir, el tipo está sujeto a la tendencia mayoritaria que marcan los institucionales.
Con esta reforma, el pequeño ahorrador no perderá dinero al acudir al mercado primario de deuda pública: si el tipo medio resulta negativo, el Tesoro dará por no presentadas esas peticiones. Pero el inversor institucional que presente peticiones competitivas, ligadas a un tipo de interés, no podrá acogerse a esta posibilidad y sus peticiones se darán por presentadas.
La modificación se aplicará a todas las subastas de letras del Tesoro que se celebren en lo que queda de 2014 y enero de 2015: faltan un total de diez, según el calendario previsto.
Mantener el atractivo frente a Alemania
Se trata también de una medida con el objetivo de asegurar que los inversores sigan acudiendo a las subastas. Porque si España ofrece interés negativo, la ventaja que el país tiene frente a Alemania, que está colocando deuda a rentabilidad inferior a cero, desaparece y los ahorradoras podrían decantarse por el segundo país. Actualmente, en un entorno de tipos cero, éstos valorarán los retornos positivos, del importe que sean.