A primera hora de la mañana, todo parecía apuntar a que la victoria de Donald Trump en Estados Unidos generaría en los mercados europeos un efecto similar al del Brexit, cuando la bolsa española vivió una de las mayores caídas de su historia. Pero las horas pasaron y el parqué madrileño evitó un shock como el de entonces, moviéndose en todo momento con caídas en el entorno del 2% y cerrando finalmente con una pérdida de solo el 0,4% tras la apertura alcista de Wall Street. Una apertura que incluso dio tiempo a otras plazas europeas para cambiar su signo (el EuroStoxx y el Dax alemán cerraron en positivo). Fruto de la incertidumbre en España pero también del refugio de los inversores en los bonos alemanes, la prima de riesgo española subía hasta los 108 puntos básicos, situándose la rentabilidad del bono a 10 años en el 1,26%.
La contención e incluso el signo positivo de algunos mercados se explica por la rápida superación del shock inicial tras conocerse la victoria de Trump, y porque los expertos, en un ejercicio de análisis, han conseguido vislumbrar potenciales efectos negativos de sus políticas pero también otros positivos. Entre los primeros, hablan de un daño al crecimiento en EE.UU. –pues las ventajas de la bajada de impuestos podrían neutralizarse con una mayor inflación y subidas de tipos-, y también en todo el mundo –especialmente en el emergente-, sin olvidar la posibilidad de un efecto político dominó que favorezca a los populismos en las próximas elecciones en Europa y logre debilitar la cohesión de la zona euro. Entre los positivos, señalan sus posturas proclives a reducir impuestos y aumentar el gasto en infraestructuras como motores económicos, sin olvidar que la Fed podría decidir retrasar las subidas de tipos hasta 2017, lo que daría soporte a los mercados al menos hasta finales de año.
Impacto sobre todo político
Pese a la contención en los mercados, los gestores y analistas son más bien negativos cuando tratan de dilucidar las consecuencias que tendrá una victoria de Trump en Europa, pero más desde un punto de vista político que económico, debido al efecto que podría tener en los movimientos populistas.“La elección de Trump va a suponer una inyección de moral para los movimientos populistas de todo el mundo y a buen seguro envalentonará a los partidarios de la salida de la UE en el Reino Unido, que lo ven como un aliado más cercano para negociar acuerdos comerciales. Durante los próximos doce meses se celebrarán comicios clave en Europa –Alemania, Francia, Austria, Italia…- que podrían deparar más sorpresas”, explica Dierk Brandenburg, analista senior de renta fija pública de Fidelity. Muchos de esos movimientos siguen la línea del Brexit, poniendo en duda el papel de la Unión Europea, y pueden debilitar la moneda única, dicen los expertos.
Al hablar de los populismos, España sale también a la palestra, pero los gestores ven en el país un ejemplo más que una diana para sus críticas: “En en esta época de populismos, España es un oasis de moderación y eso hay que valorarlo. Es más inversión. Es más crecimiento. Y debería ser el mejor argumento para que se cerrara de una vez por todas el descuento con el que cotizan los activos españoles como consecuencia de los infundados miedos políticos que han pesado sobre ellos en los últimos tiempos. España debería volver por la puerta grande al radar de los inversores internacionales”, destaca José Ramón Iturriaga, gestor de Abante.
También hay algunas dudas desde el punto de vista económico: “Hasta que no se conozcan las políticas de Trump, su retórica sobre el comercio, la inmigración y la cooperación internacional amenazarán el crecimiento económico de EE.UU. y del mundo”, explican en Allianz Global Investors.
Un impacto contenido en los mercados
Como resultado de las elecciones, desde SYZ AM creen que las bolsas europeas, sobre todo en Suiza, podrían experimentar severos contratiempos, especialmente si las divisas tienden apreciarse mucho frente al dólar en los próximos días, en un contexto en el que los gestores señalan al yen y al franco suizo como divisas refugio, frente al dólar.
Sin embargo, los gestores descartan en general un impacto muy negativo en los mercados europeos y españoles, sobre todo en este último. “En realidad, los activos europeos deberían salir favorecidos de este desenlace. No tanto las bolsas, que sufrirán la incertidumbre inicial de forma parecida a Wall Street, como los bonos (soberanos y corporativos) y el euro, que deberían ganar atractivo relativo. En definitiva, a pesar del shock que supone este desenlace, creemos que merece la pena no mover posiciones hasta comprobar si el mercado se estabiliza a partir del lunes 14, como pensamos que sucederá. El impacto inicial es ineludible, pero el día después no debería ser dramático”, dicen desde el equipo de Análisis de Bankinter. Según los expertos, en un contexto de “abundantísima liquidez en el que el flujo de fondos terminará dirigiéndose hacia bolsas y los beneficios empresariales mejoran, es más arriesgado que nunca reducir exposición a bolsas, cuya rentabilidad por dividendo oscila entre 3% y 4,5%. Creemos que, después de un retroceso, la situación se reconducirá progresivamente hasta incluso tal vez recuperar todo el terreno perdido. Así sucedió con el Brexit”, añaden.
Por eso, aunque la bolsa española haya caído hoy (arrastrada por valores que, como BBVA, tienen exposición a uno de los mercados que más podrían sufrir, México), las pérdidas han sido muy moderadas y en general los expertos se muestran positivos. Y también por su valoración: “Las acciones españolas no están sobrevaloradas en relación con otros mercados europeos como Francia y los Países Bajos, por lo tanto, es probable que cualquier riesgo de venta sea más débil”, aclara también James Butterfill, director de Análisis y Estrategias de Inversión en ETF Securities.
“Nuestra estrategia desde Araceli de Frutos EAFI es, como siempre, la moderación, no dejarse llevar por los movimientos de mercado y buscar oportunidades”, explica Araceli de Frutos, su fundadora. La experta señalaLa experta señala, en general, que podrían sufrir valores españoles relacionados con Latinoamérica, y en especial con México, además de las eléctricas con exposición a EE.UU. e intereses en la energía renovable. Así, habla de cómo BBVA sufre por su exposición a México, e Iberdrola por su exposición a EE.UU. y las renovables –también perjudicadas en un Gobierno que podría favorecer los combustibles fósiles-, mientras ACS y Grifols ganan por su conexión con las infraestructuras estadounidenses, cuyo gasto podría incrementarse.
“Las bolsas deberían enfocar este nuevo paso como algo que favorece la rotación sectorial hacia acciones cíclicas y de perfil “value” que ya lleva produciéndose varios meses. Pero la pregunta clave es cómo van los bancos centrales a acompañar este movimiento con sus políticas y cómo van a integrar los mercados de bonos los mayores riesgos para la inflación y la estabilidad financiera. Estas dos preguntas introducen los que posiblemente son los dos riesgos más subestimados de 2017: los mercados de bonos y la credibilidad de los bancos centrales”, advierte Didier Saint-Georges, miembro del Comité de Inversión de Carmignac.
¿Subidas de tipos en diciembre?
Incluso algunos expertos ya hablaban de oportunidades antes de conocerse el resultado electoral, en el marco de un evento organizado ayer por Aseafi en Madrid. Para Inés del Molino, directora de cuentas de Schroders en España, los mercados presentan oportunidades tanto si hubiera ganado Clinton como con el resultado actual. «De 11 años electorales, en 10 de ellos la bolsa ha cerrado con ganancias», subidas superiores al 70%, según un estudio de la gestora. De cara a 2017, en la entidad ven oportunidades en bolsa emergente (donde el riesgo compensa) pero también en deuda en divisa local (invirtiendo en países que ya han pasado lo peor, como Rusia o Brasil, y en los que ven potencial en las divisas), con estrategias tradicionales y de retorno absoluto. Con respecto a la Fed, ve improbable que, tras la victoria de Trump, se retrasen las subidas de tipos porque la entidad «ya no tiene margen en un momento en el que la economía se sobrecalienta y el paro está en su nivel estructural». Eso sí, para 2017 cree que podrían revisarse los pronósticos y, en lugar de acometerse las dos subidas previstas de tipos, podría darse solo una o darse alzaas más moderadas y periódicas.
De la misma opinión es Sebastián Senegas, responsable en España de Edmond de Rotschild AM, que también considera que habrá subidas de tipos en diciembre, a pesar de todo. El experto hablaba ayer de oportunidades y de volatilidad en caso de victoria de Trump, pero descartaba un terremoto en los mercados, acertando en sus predicciones. Como oportunidades de cara a 2017, Senegas hablaba de flexibilidad para adaptarse al perfil del inversor y a su horizonte temporal y se mostraba positivo con los mercados europeos (incluso en renta fija, pues considera que la burbuja no va a estallar ante el apoyo del BCE), algo menos con EE.UU. y bastante optimista con los emergentes (aunque con coberturas a largo plazo en mercados como China) y en segmentos como la deuda en divisa fuerte.
En cuanto a la Fed, discrepa Jaume Puig, desde GVC Gaesco, que considera que podría postponer su decisión unos meses ante la victoria de Trump. El experto, que ante el aumento de la inflación vislumbra subidas de tipos y, como consecuencia, alzas bursátiles sobre todo en Europa, Japón y emergentes, liderazgo de sectores cíclicos y hundimiento de los mercados refugio, explicaba que es improbable que el presidente acabe aplicando sus medidas ultraproteccionistas porque no cuenta con apoyo ni del partido demócrata ni del republicano, por lo que, en su opinión, el impacto real de su victoria será modesto.
Contención de Trump
En general, los expertos españoles confían en una contención de Trump en sus políticas. “Más allá de la primera impresión que causa que un candidato del perfil de Trump sea capaz de ganar unas elecciones, el análisis del impacto que pueda tener a largo plazo en el economía estadounidense y en los mercados no es obvio, fundamentalmente, porque es muy poco probable que el flamante presidente esté a la altura de sus palabras. Su absoluta falta de ideales -de algo le tiene que servir no creer absolutamente en nada- evidencia que lo dicho hasta ahora ha sido un medio -y muy útil, por cierto- para alcanzar un fin. Ahora le toca retratarse de verdad. Y, a priori, Trump, si deja de lado todas las soflamas y eslóganes de corte populista, no tiene por qué ser peor para la economía estadounidense que Clinton. No olvidemos que las medidas económicas son pro-growth (expansión fiscal, bajadas de impuestos, inversión en infraestructura mayor que Clinton…)”, explica Iturriaga.
“A esto hay que sumar que, en este nuevo escenario, las posibilidades de un mayor impulso de la política fiscal a nivel global podrían romper con el mantra de estancamiento secular que lleva tiempo instalado en el mercado, lo que debería continuar dando soporte al reflation trade que ha empezado a asomar la patita últimamente. Y esto sí supondría un cambio para el que los mercados no están posicionados. Algo más de crecimiento e inflación va a romper la cintura a más de uno”, advierte el gestor.