Finalmente la FED se ha lanzado y ayer anunció que iniciará el famoso tapering en enero, recortando hasta los 75.000 millones de dólares mensuales su programa de compra de activos estadounidenses, tanto bonos públicos como deuda respaldada por hipotecas, desde los 85.000 millones actuales. La economía aún no se ha normalizado pero está en camino de hacerlo, gracias a un crecimiento más robusto y una mejora del mercado laboral, si bien hasta que la tasa de paro no baje del 6,5% (desde el 7% en noviembre) y las expectativas de inflación crezcan hasta el 2,5% en un horizonte de uno a dos años, no habrá subida de tipos. Especialmente si la inflación continúa por debajo de su objetivo del 2%. Por ello, la Fed mantiene su política de forward guidance al mismo tiempo que inicia el tapering.
Por eso, tanto los mercados como los gestores han reaccionado en positivo a esa decisión. «Tras haber sostenido durante mucho tiempo que la última ronda del programa de estímulos monetarios de la Fed nos parecía demasiado extensa y que alteraba el correcto funcionamiento de los mercados financieros sin impulsar de manera significativa el mercado laboral, estamos satisfechos con esta decisión. Se trata de un paso en la buena dirección«, comenta Rick Rieder, director de Inversiones del equipo de renta fija fundamental de BlackRock. “Estoy contento de que lo haya hecho. La economía no lo necesitaba y los mercados pueden y deberían volver a la normalidad”, añade Sam Wardwell, estratega de Inversión del equipo de Boston de Pioneer Investments. Mitul Patel, co responsable de tipos de interés en Henderson Global Investors, habla de “un primer paso en el camino de la normalización, que ha llegado antes de lo esperado”.
Y es que las entidades creen que la economía está dando signos de recuperación, y ésa es la razón que sustenta la decisión. «Creemos que existen pruebas fehacientes de que, aunque lentamente, el mercado laboral se está fortaleciendo, y es por esto que la Fed ha podido tomar esta decisión. Asimismo, las presiones salariales aún no han hecho acto de presencia, lo que ayuda a mantener controlada la inflación, incluso aunque algunos factores deflacionistas que hemos visto en los sectores de la energía y la tecnología están impulsando la productividad y el crecimiento. Todo esto es bueno para la economía. BlackRock ha estimado un crecimiento en Estados Unidos en torno al 2,5% en 2014 pero esta cifra podría sorprendernos al alza”, comentan desde la gestora. En Pioneer Investments el crecimiento estimado es del 3%.
“La Fed considera que la situación económica es robusta. Eso no quiere decir que el crecimiento vaya a ser muy rápido pero el riesgo en la actividad económica se ha equilibrado y es una situación más fácil de gestionar que en junio”, corrobora Philippe Waechter, economista jefe de la gestora Natixis Asset Management (NAM), convencido de que la fortaleza económica y la reducción de riesgos permitirá a la autoridad seguir con los recortes de compras a lo largo de 2014, aunque no tiene las manos atadas ni compromisos con respecto al ritmo de esos recortes. “Si se mantiene el ritmo de reducciones de 10.000 millones cada mes, las compras de activos podrían terminar en el último trimestre de 2014. Pero todo depende de los datos”, confirma Patel.
Compromiso con el forward guidance
Al mismo tiempo que inicia el tapering, y ante los datos de inflación, la Fed mantiene su compromiso con los bajos tipos de interés, que podrían seguir estables hasta 2016 según Waechter. De hecho, la Fed mantiene como primer instrumento de política monetaria los tipos de interés mientras las compras de activos son un instrumento secundario, según Bernanke, “cuya terminación no será un grave problema para la Fed”. Tanto por el significado del tapering (la recuperación económica en EEUU) como por ese compromiso de mantener los tipos bajos (“tapering no significa subida de tipos”, es el mensaje clave), los mercados han reaccionado positivamente. “La Fed ha comenzado con un tapering “dovish”, reforzando su compromiso con los tipos bajos y por esa razón tanto los bonos públicos como las acciones han reaccionado bien”, explica Cosimo Marasciulo, director de Renta Fija Soberana Europea y Divisas de Pioneer Investments.
Para BlackRock, la decisión “no va tener una gran repercusión para el mercado de bonos dado que aún hay mucha liquidez en el sistema financiero mundial”, aunque matiza que eso no quiere decir que los tipos no acaben subiendo. “Esperamos que el bono del Tesoro estadounidense a 10 años aumente hasta llegar alrededor del 3,25% a mediados del próximo año. Los sectores conocidos como diferenciales —los de de alto rendimiento, las hipotecas comerciales y otros bonos respaldados por activos, así como los bonos municipales a más largo plazo— siguen siendo mejores apuestas que los bonos del Tesoro». Para Pioneer, las rentabilidades de los bonos acabarán subiendo a lo largo de 2014 mientras las acciones ofrecerán el año próximo retornos positivos, gracias a los buenos resultados corporativos. En Henderson hablan del bono estadounidense a 10 años en niveles del 2,9% (que ya tienen en cuenta una gran proporción de tapering) aunque la Fed podría introducir mayor volatilidad en 2014. Por eso, abogan por estar preparados para reaccionar rápido si es necesario.
“Mantenemos nuestra expectativa de una subida gradual de tasas de interés de tesoros. Dados los niveles de inflación y crecimiento en EE.UU., la tasa a 10 años debería dirigirse hacia el rango 3-3,15% a 12 meses, a pesar de que en el corto plazo podría haber una sobrerreacción. Por ello, en altas calificaciones crediticias seguimos prefiriendo infraponderar la duración”, dicen en IM Trust Credicorp Capital. La entidad espera retornos por debajo de lo normal en la renta variable desarrollada y menor castigo en el mundo emergente, que ya ha incorporado el tapering a sus precios, con mayores retornos, aunque diferenciando entre países como China, Corea del Sur, Perú, Colombia, Chile y México, con buenas perspectivas, de otros como India, Turquía y Brasil, que aún presentan riesgos significativos. En la entidad creen que la reacción será marginal en las divisas desarrolladas, habrá una limitada depreciación en las emergentes y sufrimiento en el oro.
A diferencia del resto de gestoras, en Bank of America Merrill Lynch recomiendan a los inversores tomar ese nuevo enfoque de la Fed en la inflación como oportunidad para añadir riesgo en los mercados de renta fija y divisas. “Recomendamos comprar divisas con fuertes fundamentales como el peso mexicano o el real brasileño, y deuda pública en curvas empinadas, como México o Colombia”, afirman.
El futuro: ¿qué pasará ahora?
Aunque los mercados han reaccionado muy positivamente a la decisión de la Fed, los gestores apuntan que la clave de futuro es si la autoridad podrá gestionar el tapering en adelante tan bien como ahora. “Las futuras decisiones dependerán de los datos y pensamos que los mercados están siendo demasiado complacientes con el proceso. 2014 será un año de transición, y la volatilidad ya ha tocado suelo en 2013”, dicen en Pioneer. “La cuestión es cómo reaccionarán los mercados a partir de ahora a esa configuración –la del tapering con tipos bajos-“, dicen en Natixis AM. “¿Aceptarán el escenario sin decir nada o empezarán a anticipar rápidamente mayores tipos de interés amparados por el crecimiento? Si es el caso, si hay demasiada presión en los tipos, la Fed podría ser más proactiva y ligar la subida de tipos a otros factores más allá del desempleo, pero eso reduciría su credibilidad. La confrontación entre las expectativas de una economía más fuerte y el deseo de mantener bajos los tipos será el reto del primer mes de Janet Yellen en la Fed”, apostilla Waechter
«La Fed ha realizado una corrección suave, al ofrecerla junto con el forward guidance. De momento, los mercados han dado mucha credibilidad a esa idea de mantener los tipos próximos a cero… la cuestión es si la Fed podrá mantener esa política si la economía se normaliza más rápido de lo esperado», añaden en Henderson.