El pasado viernes, con el resultado de las elecciones aún calientes, Donald Trump concedió su primera entrevista a The Wall Street Journal. Desde la Trump Tower en Nueva York, el magnate inmobiliario repasó las que serán sus primeras líneas de actuación, cuando el próximo 20 de enero jure el cargo.
Una de sus prioridades más urgentes, según sus declaraciones al diario, es la de desregular las instituciones financieras para permitir que los bancos «presten otra vez». Según los analistas, la simple posibilidad de revisar la regulación de los bancos hizo repuntar el viernes las acciones de Wells Fargo & Co en un 13%.
«Estoy ansioso por revisar la ley financiera Dodd-Frank”, declaró a WSJ. Trump dijo que esta ley «era una carga tremenda para los bancos». «Tenemos que deshacernos de ella o hacerla más pequeña. Los bancos son incapaces de prestar y esto ha hecho a nuestro país no competitivo, ha ralentizado el crecimiento”.
Uno de los principales puntos de la ley, aprobada por Obama en 2010, que cambió el panorama en Wall Street, es que las operaciones de los bancos comerciales y los bancos de inversión debían quedar completamente separadas.
El próximo presidente de Estados Unidos añadió que las personas con dinero no se habían visto afectadas por el aumento de las regulaciones financieras. «Yo puedo obtener un crédito. Las personas que son realmente buenas, pero necesitan dinero para abrir un negocio o ampliar un negocio, no pueden obtener préstamos de los bancos”, dijo.
Janet Yellen y la Fed
A tenor de las críticas vertidas durante la campaña, parece poco probable que Trump respete el papel y la independencia de la Fed. En varias ocasiones ha declarado que reemplazaría a Janet Yellen al frente del organismo si llega a la presidencia, con lo que es posible que no continúe en el cargo al concluir su mandato en 2018. Algunas gestoras ven esto como un riesgo, pues aumentará claramente la incertidumbre sobre la política monetaria estadounidense y apunta a un endurecimiento más rápido de las tasas.
Acuerdos comerciales
Además, Trump explicó que tratará de crear puestos de trabajo mediante un plan de infraestructuras a nivel estatal y ‘mejorando los acuerdos comerciales’. Una retórica mucho más suave que la usada en campaña, cuando insistía en que su mandato derogaría los tratados existentes como el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP) o el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA en inglés).
Para preservar los puestos de trabajo estadounidenses, la administración republicana podría estar pensando en imponer tarifas a los productos de las multinacionales que hayan colocado sus fábricas en el extranjero.