No hace mucho, los mercados emergentes estaban en su máximo apogeo y los inversores obtenían grandes rentabilidades invirtiendo indiscriminadamente en estos países. Sin embargo, pese a que el atractivo permanece intacto, es posible que el contexto actual obligue ahora a ser un poco más selectivos dadas las divergencias económicas detectada entre ellos, las perspectivas de subidas de tipos en Estados Unidos y la probabilidad de que en los próximos meses el dólar se fortalezca. Son conclusiones de un reciente informe publicado por Fidelity Worldwide Investments.
El foco de los inversores internacionales se ha centrado durante los últimos cuatro años en el mercado estadounidense, gracias al crecimiento de los beneficios empresariales frente al mundo emergente. Como consecuencia, explican los expertos de Fidelity, “las valoraciones de estos mercados han caído hasta niveles atractivos desde una perspectiva histórica atendiendo a diferentes indicadores”. Así, el descuento de los mercados emergentes frente a los desarrollados por PER y por precio-valor en libros es ahora tan grande como lo fue en 2004, recuerdan.
Esta oportunidad por valoración hace que el momento actual sea propicio para revisar las posiciones en los mercados emergentes. Las economías y empresas de estos países tienen cada vez más probabilidades de moverse impulsadas por sus propios motores internos de crecimiento, así como por su voluntad de aplicar reformas estructurales. “Desde un punto de vista teórico, esto significa invertir en empresas con fundamentales sólidos y buenas estructuras de gobierno corporativo que operen en economías saneadas que alienten el crecimiento, en lugar de limitarse a distribuir las inversiones entre los mercados, sectores y valores de los países emergentes exclusivamente atendiendo a su tamaño”, apuntan los expertos de la firma en su informe de noviembre sobre perspectivas.
“Chino dependencia”
Durante años, la desaforada demanda de materias primas de China impulsó el crecimiento de otros emergentes, pero “ese superciclo ha concluido” y la vuelta a la normalidad, deja de cara al futuro un escenario de divergencias entre estos países. “La reorientación económica del gigante asiático hacia el consumo tiene implicaciones para las economías emergentes, pero también para los inversores”, apuntan desde la firma estadounidense.
Mientras algunos de estos países están acelerando su crecimiento, otros asisten a una ralentización sin paliativos, y es necesaria una gestión activa de la cartera para determinar dónde están los activos con valor. “Algunos mercados siguen ‘emergiendo’ de forma positiva y aplicando reformas estructurales, como ocurre en China y la India. Por contra, otros corren el riesgo de sumergirse bajo el efecto del debilitamiento de los precios de las materias primas, como en el caso de Rusia, o como consecuencia de unas políticas populistas, como ha ocurrido en Brasil”, afirman desde Fidelity.
El quid de la cuestión radica en que en los mercados emergentes no hay una relación directa entre crecimiento económico y evolución bursátil. Factores como los fundamentales de las empresas, las valoraciones bursátiles, las condiciones macroeconómicas y reglamentarias, el gobierno corporativo y las expectativas de los inversores también desempeñan un papel destacado. “Esta complejidad demanda un enfoque diversificado de selección de valores en los mercados emergentes que se centre en una serie de factores de análisis ascendente más que en la simple observación de las tasas de crecimiento económico”, afirma Fidelity.
Puede acceder al informe completo de Fidelity WI a través de este link.