Glen Finegan, director de Renta Variable de Mercados Emergentes de Henderson, explica en esta entrevista el enfoque utiliza para buscar oportunidades atractivas de inversión en los mercados menos populares. Ahora que muchas empresas de los mercados emergentes están cotizando con atractivas valoraciones en comparación con las del mundo desarrollado, Finegan resume las principales consideraciones que han de tener en cuenta los inversores.
¿Cómo gestionan los problemas políticos y de corrupción en las economías emergentes?
Nos esforzamos por comprender los riesgos no financieros. Además de comprobar si una determinada empresa tiene un buen historial de gobierno corporativo, nuestro proceso de investigación trata de comprender las relaciones comunitarias y su enfoque frente a los retos medioambientales. Creemos que el mercado tiende a subestimar la frecuencia con que los riesgos no financieros se traducen en pérdidas financieras reales, particularmente en economías con sistemas legales y políticos inmaduros.
¿Puede empeorar la crisis económica y política brasileña?
Los problemas económicos y políticos de Brasil podrían sin duda empeorar antes de que se vean mejoras a nivel macroeconómico. Sin embargo, como consecuencia de estas dificultades, podemos detectar oportunidades atractivas de inversión a largo plazo en compañías individuales por sus valoraciones actualmente reducidas. Las mejores empresas brasileñas son las que han demostrado su resistencia en las recesiones anteriores, que cuentan con modelos de negocio que generan efectivo y gozan de balances sólidos. Dos de los títulos brasileños de que disponemos actualmente están bajo control privado: Duratex, que es la mayor productora de paneles de madera y elementos sanitarios; y MAHLE Metal Leve, que produce componentes para la industria automotriz. Ambas compañías están experimentando un buen rendimiento en sus divisiones de exportación gracias a la reciente debilidad de la moneda brasileña.
¿Les preocupa una posible desaceleración en el crecimiento económico de China?
Como inversores bottom-up que somos, nuestra estrategia para los mercados emergentes presenta una exposición relativamente baja a las empresas chinas, las cuales, a nuestro juicio, a menudo se ven obstaculizadas por la falta de concordancia entre los accionistas minoritarios extranjeros y el gobierno chino. Incluso cuando nos encontramos con una empresa estatal saneada con una valoración razonable, nos preocupa que se le pueda exigir que preste un «servicio nacional», lo cual podría incluir el rescate de otras compañías del sector en peor situación.
¿Cuáles son los temas claves que previsiblemente configurarán esta clase de activos en el futuro y cómo creen que van a posicionar sus carteras como consecuencia de ello?
La gestión de riesgos seguirá siendo el tema clave para nosotros. En muchos mercados emergentes resulta esencial invertir de la mano de los accionistas dominantes y de gestores que cuenten con un historial de integridad y que traten a sus accionistas minoritarios de manera justa.
Nuestras carteras siguen configurándose de modo que puedan identificar las empresas con propietarios a largo plazo cuyo patrimonio se invierta en el mismo capital que el que se pone a disposición de los inversores externos. Esto nos proporciona la seguridad de que los intereses de ambas partes vayan a la par. Por todo el mundo desarrollado, este tipo de accionista dominante es a menudo un grupo familiar. Este tema también tiende a aumentar la capacidad de los equipos directivos para tomar decisiones con visión de futuro, a veces de naturaleza contraria, que un equipo directivo profesional más centrado en los resultados a corto plazo y la presión bursátil podría no tomar.
¿Deberían los inversores dejar de tratar a los mercados emergentes como una única entidad?
A nuestro juicio, el conjunto de oportunidades que brindan los mercados emergentes es diverso y creciente, por lo que los mejores rendimientos ajustados al riesgo se generarán invirtiendo empresa por empresa. Nuestro universo de inversión abarca todas las compañías de los mercados emergentes, independientemente de donde coticen. Además, este universo se está expandiendo al tiempo que cada vez más empresas que cotizan en el mundo desarrollado aumentan su exposición a las economías emergentes y más compañías de mercados fronterizos, dentro de la próxima generación de economías emergentes, consideran el mercado de valores como un medio de captar capital para la inversión y el crecimiento.
¿Cuál cree que es la mejor manera de aproximarse a los mercados emergentes desde una perspectiva de inversión?
Que muchos mercados emergentes presenten un estado de derecho débil significa que pueden resultar arriesgados para los inversores minoritarios, por lo que optamos por aproximarnos a estos activos de la manera que sea más consciente del riesgo. Adoptamos un enfoque, desvinculado de los índices, que constantemente sopesa el riesgo de perder dinero en términos «absolutos».
Creemos que la inversión en mercados emergentes exige convicción. En lugar de hacernos con los mayores componentes del índice, tratamos de mantener una cartera de alta convicción de empresas razonablemente valoradas, de alta calidad y que refleje únicamente nuestras mejores ideas. Por último, optamos por mantener un horizonte de inversión a largo plazo al analizar el valor de las empresas. Nos preguntamos si un negocio nos brinda suficiente confianza como para dejar invertido tranquilamente nuestro propio dinero durante los próximos cinco años. También consideramos valioso tener en cuenta cómo se comportaron las empresas a lo largo de los anteriores períodos de volatilidad macroeconómica.
¿Por qué no utilizan índices de referencia para la construcción del fondo?
Preferimos centramos en empresas de alta calidad que creemos que ofrecerán un resultado positivo en términos «absolutos» a largo plazo. Nuestra exposición al sector y al país es una consecuencia de los lugares donde identificamos títulos atractivos, aunque siempre mantenemos una cartera diversificada. También nos nos centramos en las valoraciones, ya que no queremos pagar de más por las empresas de buena calidad. Esto supone que a menudo preferimos buscar en lugares menos populares aquellas empresas que quizá estén atravesando una mala racha a corto plazo y, por lo tanto, puedan tener un precio razonable.