Alberto Espelosín, gestor de la estrategia global y multiactivo de Abante Asesores, empieza el año con cautela: la idea de que “no hay suficientes condiciones para ganar”, en un entorno en el que “languidecen las condiciones monetarias anormales” que permitieron subidas en el pasado, en el que sigue enquistado un problema de deuda que limita el crecimiento, en el que los beneficios empresariales no crecerán al ritmo esperado y en el que los mercados emergentes seguirán inestables, le hace empezar el año sin exposición neta a bolsa (con posiciones cubiertas con futuros sobre el S&P 500). Así, y aunque cree que hay margen para ganar en línea con lo que crezcan los beneficios –en torno a un 5% de forma global y un 10% en Europa-, considera que 2014 será un año más volátil y que habrá correcciones que ofrecerán puntos de entrada, según comentó en una reciente conferencia en Madrid.
“Empezamos 2014 con la sensación de un mercado complaciente y volatilidades superiores a las de 2013. Retiradas progresivas de estímulos, menor ritmo de crecimiento de beneficios, tensiones en el mercado de bonos (que podrían situar la rentabilidad de la deuda estadounidense entre el 3% y el 3,5%) y débil situación de emergentes son las variables que, probablemente, no permitan repetir las ganancias de dos dígitos vistas en el último ejercicio e incluso dificulten la obtención de rentabilidades positivas”, corrobora en su última carta trimestral. Y continúa: “Yellen deberá ser muy hábil con el ritmo de retirada del QE para evitar provocar un mar de tempestades en los países emergentes y un despunte de la volatilidad”.
Para el gestor, los mercados descuentan un escenario demasiado optimista respecto a los datos de crecimiento “y se tapan los ojos ante el escenario deflacionista que surge en el mundo occidental y cuyas consecuencias no han sido aún descontadas”. En su opinión, esta desconexión entre la realidad financiera y la realidad de “la calle” debe provocar, en algún momento de los próximos meses, una “severa corrección en los mercados financieros que han extrapolado un escenario no realista e insano para la economía real”. En su opinión, los bancos centrales han creado “el mejor de los mundos para el capital” si bien los salarios no han crecido y el Estado se ha mantenido apartado para corregir esos desequilibrios, sobre todo en EE.UU. Una situación que considera insostenible a largo plazo en la medida en que se limitará el consumo y aumentará la dispersión social.
En este escenario, y aunque cree que las bolsas subirán este año en línea con los beneficios, esperará a exponerse a bolsa estadounidense hasta que se produzca una corrección, de entre el 10% y el 15% en el primer trimestre (en 1.550 puntos ve punto de entrada), pues ve al S&P 500 sobrevalorado. “Nos preocupa mucho la complacencia de los agentes del mercado”, dice, que compran bolsa por la confianza en el crecimiento de beneficios y la falta de alternativas.
Sin embargo, es más positivo con el mercado europeo, donde el BCE tiene ases en la manga para impulsar el crecimiento empresarial a través de una depreciación del euro. “Draghi tendrá que tomar decisiones: su dialéctica no será agresiva con el nivel euro-dólar hasta 1,4, pero más allá no descartamos un QE que impulse las bolsas”, aunque cree que ese QE debería producirse para la sociedad y la economía real.
Prima de riesgo cero
Espelosín ve un crecimiento del 10% en los beneficios europeos, por lo que vaticina subidas similares, aunque en su opinión la cuestión es cuánto de esa subida ya está descontada. Por países, le preocupa Francia, y advierte del optimismo de ver al Ibex español en 12.000 puntos, algo que requiriría tener una prima de riesgo cero, es decir, equipararnos en los mercados con Alemania. “La bolsa española está valorada justamente”, dice, advirtiendo del peligro de correcciones al superar los 9.400 puntos.
En Japón, aboga por comprar bolsa cuando el ciclo se normalice, las empresas hagan ajustes de costes y el paro suba a niveles del 4%-10%, pues en este país, al contrario que en EE.UU., se ha favorecido el factor trabajo frente al capital. “El país ha de preparse para abrirse a la inmigración que haga frente a su problema de envejecimiento”, dije el gestor.
Riesgo en emergentes
Con emergentes, y a tenor de lo ocurrido en 2013, cree que en 2014 prevalecerá el riesgo ante el tapering de la Fed. Es negativo en países como Brasil, en los que los inversores temen financiar sus déficit por cuenta corriente, problema que se une a la inflación y a posibles subidas de tipos. Advierte también de la inflación en países como India, mientras es más positivo con Rusia.
Por sectores para 2014, apuesta por un aumento del peso del sector petrolífero y la incorporación de compañías eléctricas alemanas, además de mineras de oro.