El fiscal general de Brasil pidió el procesamiento por corrupción del presidente Michel Temer, generando una nueva tormenta institucional en el gigante latinoamericano. Es la primera vez que un presidente de Brasil es denunciado formalmente ante la justicia, fuera del marco de un proceso parlamentario de destitución. El Congreso brasileño se verá ahora obligado a votar si aparta al mandatario del cargo durante seis meses.
Un informe del Banco Itaú revela que la inestabilidad política provocó en junio una nueva caída del 2,3% de la confianza del consumidor brasileño. La población es especialmente pesimista en cuanto a la evolución del mercado laboral y a la disminución del desempleo.
Sin embargo, los mercados han revisado a la baja las expectativas de inflación. La previsión anualizada se sitúa en un 8,5% para 2017, 2018 y 2019.
El fiscal acusa al presidente Temer de cobrar sobornos a cambio de favores del gobierno, proceso que sustenta con la confesión de un testigo.
La cascada de escándalos que afectan tanto al mandatario como a los miembros de su gabinete han generado la desconfianza de los brasileños; la aprobación de Temer no supera el 7%.