El ministro de Economía español, Luis de Guindos, anunció hace unos días que el mercado alternativo de renta fija para las pymes, conocido como MARF y en el que se negociarán los títulos de deuda de las pequeñas y medianas empresas españolas que hasta ahora no tenían cabida en otros mercados, estará listo el próximo lunes, 7 de octubre. El propio ministro lo presentará en la Bolsa de Madrid junto al presidente de Bolsas y Mercados Españoles, Antonio Zoido. El calendario se cumple y tras su aprobación por la Comisión Nacional de Valores española y la circular que lo regula, está previsto que las primeras empresas empiecen a cotizar este otoño. La primera valoración es positiva porque el mercado dará un balón de oxígeno a las empresas españolas de menor tamaño a las que se cierran canales tradicionales de financiación como el bancario, en un entorno en el que las entidades financieras priorizan sanear sus balances.
“El MARF dará una válvula de escape a las empresas españolas”, explica explica Adolfo Estévez, director de la primera agencia de calificación española, Axesor Rating. Para el experto, la empresa española afronta actualmente dificultades, debido a que la concentración bancaria ha hecho desaparecer muchas de sus fuentes tradicionales de financiación, las entidades que quedan han reducido las líneas de crédito al centrarse en reducir pasivo y resolver sus problemas de mora, y debido a las exigencias de mayor capital que impone la legislación Basilea a los bancos, que “sienten presión para reducir su exposición incluso a empresas solventes”. Por estos motivos, el nuevo mercado da una vía de aire fresco a las empresas españolas al permitir canalizar la liquidez dispuesta a invertir en ellas. “El MARF puede ser el canalizador de estas fuentes de inversión abundantes a empresas solventes que ven sus tradicionales fuentes de liquidez atrofiadas”, interpreta Estévez.
Los expertos coinciden en hacer una valoración positiva debido a las circunstancias de financiación en España, aunque también reconocen que la financiación para las pymes se podría encarecer. Pero será más estable, dicen. Según las conclusiones de un reciente estudio titulado «Mercado Alternativo de Renta Fija (MARF) como apoyo a los problemas de financiación de las pymes en España», realizado por el Departamento de Investigación del IEB y Asesor, cerca de 800 pymes españolas podrán financiarse gracias al nuevo mercado, si bien hoy son 100 las que cumplirían con el perfil idóneo para emitir de manera inmediata.
Según comenta Estévez, el número de empresas que acudan al mercado en el primer año es difícil de estimar, pues depende en gran parte del éxito de las primeras emisiones, pero no le extrañaría ver entre 20 y 30 emitiendo en los primeros doce meses. “Este año habrá pocas pues el periodo de estructuración de dos a tres meses meses nos lleva a diciembre”, explica, indicando que son muchas las que podrían retrasar la decisión.
Perfil de las compañías
Según el estudio, serían compañías saneadas, con un adecuado respaldo financiero, diversificadas, innovadoras, internacionalizadas, rentables y en crecimiento, con una cifra de negocio mayor a 50 millones y una deuda sobre ebitda menor a 4 veces. Una primera estimación situaría las emisiones en torno a 20 o 25 millones, aunque se podrían considerar también viables las emisiones de 10. Además de la rentabilidad, la calidad de las empresas también será atractiva: según el estudio, el 34% de las emisoras se encontraría en la categoría de grado de inversión y el 66% restante dentro del rating BB. En este sentido, se espera que se realicen emisiones con vencimientos de hasta cinco años y una rentabilidad de entre el 4% y el 8%. Algo que los expertos califican como “una gran oportunidad para los inversores”.
El mercado podría tener ayudas: hace tiempo también se supo que el Instituto de Crédito Oficial, ICO, movilizará un préstamo a los bancos, inicialmente por valor de 1.000 millones y que puede llegar a los 3.000, para que compren este tipo de bonos y los distribuyan entre inversores sofisticados de banca privada. El inversor en principio será únicamente institucional (la ley exige una inversión mínima de 100.000 euros), aunque no se descarta la incorporación del minorista en el futuro.
Para animar este mercado, y dar mayor acceso a ese inversor institucional, la normativa española permite ahora a los planes y fondos de pensiones invertir hasta un 3% en valores emitidos por una misma entidad y negociados en los mercados alternativos españoles (MAB en bolsa y MARF en renta fija). Este límite podrá ampliarse al 6% cuando se trate de valores o instrumentos financieros emitidos por entidades pertenecientes a un mismo grupo. Este permiso se ha dado recientemente en el proyecto de ley de apoyo a los emprendedores y su internacionalización, que incluye cambios en el reglamento de planes y fondos de pensiones.
Equiparación fiscal con otros mercados secundarios
El desarrollo del mercado llega también después de su equiparación fiscal a otros mercados secundarios. A finales de agosto una nueva normativa moficó el reglamento del impuesto de sociedades, suprimiendo la obligación de practicar retención sobre las rentas obtenidas por los sujetos pasivos del impuesto sobre sociedades procedentes de activos financieros negociados en el MARF. Una modificación con el objetivo de equiparar el tratamiento fiscal de las rentas obtenidas por los inversores en ese mercado y las del régimen general aplicable a los mercados secundarios oficiales. Aunque Estévez lo consideró entonces una buena noticia, porque es una modificación necesaria para que el mercado tenga éxito, asegura que no representa un incentivo adicional para animarlo. “La valoración es neutral en el sentido que no es un incentivo adicional a lo que ya existe en otros mercados oficiales”. Según Estévez, una reducción en los impuestos de sociedades aplicable a los dividendos sí hubiera sido un incentivo.