Los bancos centrales empiezan a ser célebres por su capacidad de sorprender a los mercados y dejar en mal lugar las expectativas del consenso de analistas y gestores. Si en septiembre fue la Reserva Federal en Estados Unidos la que desconcertaba a todo el mundo con su decisión de retrasar el tapering, hoy ha sido el Banco Central Europeo el que ha tomado una decisión, la de bajar tipos en 25 puntos básicos, desde el 0,5% al 0,25%, y dejarlos en el nivel más bajo de su historia, sin que casi nadie lo augurara. Algunos gestores explican que la decisión ha sorprendido porque los tipos estaban ya bajos y porque los datos económicos habían mejorado últimamente.
“El anuncio ha supuesto una sorpresa para el mercado, debido a que con los tipos a corto plazo en niveles muy inferiores al oficial (el de dos años al 0,09%) no parecía que el BCE pudiera jugar una baza adicional a lo que el mercado ya estaba haciendo”, explica Marián Fernández, directora de Estrategia de Inversis Banco. Con todo, lejos de una mala comunicación de las expectativas, cree que su decisión da coherencia a sus mensajes anteriores. “Los datos apuntan a una recuperación económica en EEUU y a que la eurozona ha tocado suelo”, explica Tanguy Le Scout, director de Renta Fija Europea de Pioneer Investments. Pero también es consciente de que el retraso de Bernanke a retirar sus estímulos cuantitativos “complicó el trabajo del BCE con la fuerte revalorización del euro” y dejó a la autoridad europea en posición de mover ficha. Para Le Scout, la autoridad ha elegido el camino más efectivo, el recorte de tipos en lugar de un nuevo LTRO.
Martin Harvey, experto en renta fija de Threadneedle, ya adelantaba algún tipo de reacción debido a la que tilda de “alarmante caída de la inflación, hasta niveles no vistos desde 2009”, para alejar el fantasma de la deflación, aunque dudaba de que fuera ahora o en diciembre. Y es que parece que el BCE tenía previsto actuar, aunque no se sabía si sería ahora o en un mes, según los analistas de Morgan Stanley. De hecho, la decisión no se ha tomado por unanimidad, sino por mayoría, porque había acuerdo en el Consejo de Gobierno sobre que había que actuar, pero diferencias sobre los plazos.
Para los expertos, Draghi ha querido dejar claro que está dispuesto a llegar más allá y que aún no ha agotado toda su artillería. “El BCE avisa que no ha consumido toda la batería de medidas para apoyar la recuperación. Los tipos se mantendrán bajos por un tiempo prolongado y las medidas de liquidez se extienden hasta mediados de 2015”, explica Javier Fábregas, director general de Caja Ingenieros Gestión.
Los motivos
Como causas, analistas y gestores subrayan tres: el bajo dato de inflación de la última semana, el deseo de luchar contra la revalorización del euro y la intención de apuntalar la recuperación económica de la zona euro, impulsando la fluidez del crédito a empresas y hogares. Para Fernández, es importante señalar que la medida no se debe por tanto a un empeoramiento de la visión macro europea ni a un temor a la deflación (este escenario ha sido descartado por el BCE), sino a la posibilidad de que “la zona euro podría experimentar un periodo prolongado de inflaciones bajas”, algo que corrobora el último dato de inflación de octubre, del 0,7%, muy lejos del 2% que se fija como tope. Es la razón por la que Draghi también ha reconocido abiertamente la posibilidad de bajar aún más los tipos y ha repetido incluso el mantra de que los tipos permanecerán en estos niveles o inferiores durante un periodo extenso de tiempo. “No parece una opción probable en 2014, pero lo importante es que extiende en el tiempo la percepción de que los tipos seguirán muy bajos”, dice Fernández.
“El movimiento se debe a una inflación más baja de lo esperado en la eurozona, según el dato conocido la semana pasada”, coincide Chris Iggo, responsable de inversiones de renta fija de AXA IM. En la entidad ya aseguraban que las políticas monetarias europeas eran demasiado restrictivas, con el desempleo en el 12,2% y la inflación muy por debajo de su objetivo, por lo que creen que el recorte de tipos es una “fuerte señal de que el BCE está dispuesto a relajar la política en mayor medida”. También apunta a la baja inflación como motivo Azad Zangana, economista europeo de Schroders, además de señalar que el BCE está preocupado por la fortaleza del euro. “El recorte es una clara señal al mercado de que el BCE quiere un euro más débil para ayudar a la economía de la eurozona”, apostilla.
Simon Ward, economista jefe de Henderson, cree también que la revalorización del euro ha sido igual de importante que la cifra de inflación para la decisión de bajar tipos. “La cuestión si es el BCE ha sido lo suficiente fuerte como para revertir la tendencia en las divisas”, dice, debido a que el recorte no ha sido acompañado de una rebaja de los tipos de los depósitos hacia territorio negativo, lo que significa que tendrá un bajo efecto en el EONIA y otros mercados de corto plazo. Aunque continuará ofreciendo liquidez hasta mediados de julio 2015, critica que no se haya hablado de otro LTRO, al estilo de los QE americanos, que en su opinión está fuera de la agenda. Sin embargo, en Inversis creen que sí parece una posibilidad abierta para los próximos meses, pues el presidente del BCE ha apuntado que seguirán vigilando las condiciones del mercado monetario y están dispuestos para seguir realizando todas las operaciones que sean necesarias.
Respaldar la recuperación
Más allá de esas razones, para Fábregas la prioridad es la recuperación. “Más que las consecuencias que pueda tener la bajada de tipos, que es cuestionable que tenga un impacto real, creo que lo relevante aquí es la declaración de intenciones de Draghi: su única prioridad es apuntalar la recuperación económica en la zona euro, que dicho sea de paso es muy incipiente”. De hecho, con sus medidas, Draghi pretende que fluya el crédito, si bien Zangana duda de que haya un impacto en los países de la Europa periférica donde eso no curre, pues los bancos no tienen capital adecuado para prestar, independientemente del nivel en el que estén los tipos de interés.
El impacto en la Fed
Para Iggo, el movimiento crea una senda de dirección contraria para la Fed y el BCE en los próximos meses: la Fed quiere retrasar el tapering pero hay poco espacio para que introduzca más medias acomodaticias, pues el PIB creció el 2,8% en el tercer trimestre en Estados Unidos, mientras el BCE puede ir más allá. Pero en Henderson sí creen que Bernanke podría seguir retrasando el tapering y remarcando su compromiso con el forward guidance, asegurando tipos bajos durante más tiempo para mantener también un dólar bajo.
Ken Leech, co director de invesiones de Western Asset, la filial de renta fija de Legg Mason, cree que la política expansiva seguirá su curso, dado que la mayor parte del mundo no puede soportar unos tipos de interés más altos. “Mientras EEUU podría hacer frente a unos tipos más altos, el resto del mundo no está, claramente, en esa posición», en alusión a Europa y China.
Bueno para los mercados
Sea como fuere, los expertos coinciden en que las medidas anunciadas son buenas noticias para los activos de renta fija en la medida en que la autoridad se compromete a mantener bajos los tipos tipos de interés durante un largo periodo de tiempo, lo que para AXA IM abre la puerta a mayores bajadas de tasas, lo que se traduciría en el aplanamiento de las curvas. “Son buenas noticias para el crédito porque significa menores costes de financiación, al igual que para el crédito de alta rentabilidad”, dice Iggo. Un movimiento consistente con su sobreponderación de renta fija europea, y también periférica, sobre todo española e italiana. Iggo prevé que la rentabilidad del bono a 10 años podría bajar del nivel del 4% a corto plazo.
Estas políticas de tipos bajos también seguirán apoyando las bolsas, según Trevor Greetham, director de Asignación de Activos de Fidelity WI. “La rebaja sorpresa por parte del BCE de los tipos de interés al 0,25% subraya nuestras perspectivas positivas para los mercados de renta variable global. El crecimiento global se está recuperando pero ningún banco central piensa ni siquiera en subir los tipos de interés. La Fed es reacia a reducir sus compras de bonos, el BCE acaba de recortar tipos y sigue abierto a futuras acciones (incluso tipos de interés negativos), el Banco de Inglaterra ha prometido mantener los tipos bajos y se espera que el Banco de Japón siga imprimiendo dinero durante el próximo año o incluso más tiempo”, explica, negando repuntes en la inflación.
Además de en los mercados de deuda y bolsa, una de las consecuencias más sonadas estará en las divisas. “El mayor impacto lo vemos en el eurodólar, que se acomoda en la banda lógica por diferencial de tipos con EE UU (1,25-1,35)”, dicen en Invesis. “El eurodólar cotiza un 3% por debajo de los niveles de hace 10 días. Sin duda esto es muy bueno para las exportaciones alemanas, perdón europeas ….”, ironiza Fábregas.