Una guerra comercial protagonizada por Estados Unidos y por sus políticas proteccionistas es uno de los riesgos que la mayoría de la gestoras señalaron en sus perspectivas al inicio del año. Pasado el primer trimestre, la retórica de Estados Unidos sobre este tema suscita importantes preguntas sobre cuáles son sus intenciones y qué medidas tomará.
El escenario aún es de calma porque parece que una guerra comercial, con todas sus letras y consecuencias, es improbable a pesar de los aranceles propuestos por el presidente Donald Trump sobre las importaciones de metales; pero la potencial amenaza ha sido claramente señalada por los rumores de una rápida represalia por parte de los socios comerciales.
Tras firmar Trump una orden, el pasado 8 de marzo, para solicitar un impuesto del 25% sobre las importaciones de acero y del 10% sobre el aluminio, la Unión Europea emitió una de las respuestas más fuertes y publicó una lista de productos icónicos de Estados Unidos, como por ejemplo las motos Harley Davidson o el whisky Bourbon, a los que subir impuestos. Mientras tanto, el ministro de Comercio de China, Zhong Shan, advirtió de que una guerra comercial sería un desastre para el mundo y que esta no tendría “ningún ganador”.
“El resplandor de tranquilidad que transmite la sólida dinámica económica de Estados Unidos ha permitido a los mercados responder con calma, hasta ahora, a la escalada de las tensiones. Los inversores parecen haber llegado a la conclusión de que Trump está tratando de ofrecer su mano en las negociaciones comerciales, en lugar de utilizar un puño de hierro. Sin embargo, la decisión tomada por el presidente de Estados Unidos el pasado 12 de marzo de bloquear la OPA hostil de Broadcom, con sede en Singapur, sobre el fabricante de chips estadounidense Qualcomm aumenta el tono proteccionista de su administración. La marcha del secretario de Estado, Rex Tillerson, el 13 de marzo aumenta aún más la incertidumbre sobre la dirección de las políticas”, advierte Stéphane Monier, jefe de inversiones de Lombard Odier.
La reacción de china
Lo que ha despertado los temores a una guerra comercial es el hecho de que Donald Trump haya anunciado sus planes de aplicar imposiciones de hasta 60.000 millones de dólares a los productos chinos. “La moderada respuesta de China ha consistido en la aplicación de aranceles principalmente a los productos agrícolas, un sector muy sensible para las exportaciones estadounidenses, y aún se guarda otras medidas en la recámara en caso de que las tensiones aumenten”, señala Kim Catechis, responsable de mercados emergentes de Martin Currie, filial de la gestora americana Legg Mason.
Desde Fidelity International destacan que, hasta el momento, las cantidades objetivo son relativamente modestas en comparación con un comercio bilateral de bienes entre los dos países de más de 600.000 millones de dólares. Además, desde Matthews Asia recuerda que es falso que los “aranceles sobre las importaciones de acero y aluminio vayan a infligir un gran daño a la economía china o que Beijing cambiará sus políticas”.
En opinión de Catechis, Pekín ya ha movido ficha con medias orientadas al largo plazo y es poco probable que se eche atrás; ya está acelerando su diversificación en otros mercados a través de su proyecto One Belt, One Road, conocido como la nueva Ruta de la Seda, y otras iniciativas. “La percepción generalizada es que Trump ha dejado cierto margen para ceder y China se ha propuesto aumentar las importaciones de petróleo y soja, con el fin de ofrecer una imagen moderada y salvar las apariencias”, advierte.
Reacción del mercado
Y este contexto de tensión comercial, ¿cómo afecta al mercado? Según Catechis, si bien estas noticias pueden haber causado alarma entre los inversores en los mercados emergentes, a largo plazo, “estas restricciones comerciales no harán sino acelerar el rápido crecimiento del comercio intrarregional entre los países de este universo, en detrimento de Estados Unidos. En nuestra opinión, este hecho desplazará aún más el eje gravitacional del comercio mundial en favor de los mercados emergentes”.
Para Bryan Collins, responsable de renta fija en Asia Pacífico de Fidelity International, en general, “las noticias relacionadas con el proteccionismo comercial llevarán a momentos de volatilidad, aunque si consideramos los fundamentos macroeconómicos favorables, es probable que se presenten como potenciales oportunidades de compra sujetas a una cuidadosa selección de emisores valores. Además de las exportaciones, el consumo es un pilar clave para el crecimiento de los mercados asiáticos”.
En opinión de Greg Kuhnert y Wenchang MA, ambos gestores de cartera de Investec AM, los mercados están preocupados por una mayor extensión de los aranceles a categorías más amplias de productos. “En términos de impacto directo, consideramos que la tecnología y la maquinaria son los sectores más vulnerables, ya que las importaciones de China en ciertos sectores de hardware y maquinaria de tecnología representan más del 50% de la cuota de mercado en los Estados Unidos. A estos les siguen ciertos subsegmentos en consumo discrecional (como indumentaria y textiles, muebles y electrodomésticos) y metales, donde las exportaciones de China representan más del 30% de la cuota de mercado de los Estados Unidos”, explican.
Estas medidas arancelarias por parte de Estados Unidos, tampoco tendrán un gran impacto en su propia economía, ni tan siquiera serán medidas extendidas durante la legislatura de Trump . Según afirman desde Julius Baer, “asignamos una probabilidad del 75% a que las disputas comerciales continúen durante la presidencia de Trump, enfocándose en reducir el déficit comercial con China”.
El Banco de china
Mientras todo esto ocurre en el plano internacional, a nivel nacional China sigue firme en su propósito de modernizar la economía. Muestra de ello es el reciente nombramiento de Yi Gang en la Asamblea Nacional Popular (China’s National People’s Congress) como Gobernador del Banco Popular de China (PBoC); lo cual se considera una señal positiva de que el país continuará con su proceso de reforma, pero al mismo tiempo asegurará la estabilidad financiera.
“El mercado puede esperar una continuidad de las políticas monetarias y cambiarias. En la Asamblea Nacional Popular Yi señaló que su principal tarea era implementar de manera adecuada una política monetaria prudente, profundizar en las reformas y en la apertura del sector financiero, al igual que garantizar la estabilidad financiera. El nombramiento de Liu He como viceprimer ministro responsable de la política económica y la fusión del banco y los reguladores de seguros debería conducir a una mayor reestructuración de la economía y también al control de la deuda de las empresas estatales”, explica Sean Taylor, jefe de inversión para APAC de DWS.